A través del entrenamiento físico intervienen los beneficios de la prevención; preferiblemente ejercicio físico multicomponente, como explicamos a continuación.
El envejecimiento es un proceso natural del ser humano. A nivel fisiológico, aparecen ciertos factores relacionados con la edad. La altura del tronco disminuye por la deshidratación de los discos intervertebrales y por la presencia de alteraciones de la columna. Además, se producen variaciones en el peso debido a la acumulación de grasa corporal y pérdida de masa magra, reducción de la densidad ósea y cambios hormonales, que derivan en una disminución de la tasa metabólica basal. Biomecánicamente, la fuerza muscular disminuye y el deterioro del equilibrio lleva a aumentar el riesgo de caídas: la marcha se enlentece y la longitud de la zancada disminuye, reduciendo la base de sustentación.
En cuanto a la prevalencia de las caídas, según algunos estudios, sobre un 30% de las personas mayores de 65 años y un 50% de los mayores de 80 años que viven en comunidad, se caen al menos una vez al año.
El síndrome poscaída, por su parte, afecta a más del 80% de las personas que han sufrido una caída, además de las lesiones físicas (heridas, contusiones, fracturas)… Esto conlleva un inmenso gasto de recursos económicos, humanos y sociosanitarios que nuestra sociedad debe resolver, iniciándose el proceso de discapacidad y fragilidad en la Persona Mayor.
Las caídas pueden prevenirse. Para ello, es vital evaluar el riesgo de caída y realizar un examen físico tanto por un fisioterapeuta como por un médico. Y es en la prevención donde entran en juego los beneficios que brinda la realización de ejercicio físico.
El ejercicio físico es un tipo de actividad física planificada, estructurada y repetida con el objetivo de mejorar la condición física de forma general o específica.
Existen muchos tipos de ejercicio según nuestros objetivos. Los dos principales son:
- el entreno de resistencia se focaliza en mejorar la capacidad cardiorrespiratoria.
- el entreno de fuerza, en mejorar el componente muscular.
Los beneficios van más allá y ambos, a nivel metabólico regulan la glucosa y los ácidos grasos y previenen enfermedades cardiovasculares.
Por esta razón, desde el punto de vista funcional, la población adulta mayor precisa de un tipo de entreno que combine ambas disciplinas además de integrar tareas cognitivas.
El ejercicio multicomponente es aquel trabajo funcional que combina los componentes aeróbico, marcha, fuerza, equilibrio y propiocepción.
Las pautas de tipo, frecuencia, intensidad, duración y progresión, según recomendaciones de la OMS, deben ser planificadas y supervisadas por profesionales cualificados: fisioterapeutas y rehabilitadores físicos. La finalidad es responder de forma preventiva y terapéutica para reducir la fragilidad en el Adulto Mayor.
Mediante el entrenamiento con programas de ejercicio multicomponente, además de obtener un resultado positivo en cuanto a la condición física, se ha comprobado que reduce la incidencia de caídas en adultos mayores, mejora el desempeño de las actividades de la vida diaria, disminuye y retrasa el deterioro cognitivo y emocional, y aumenta el soporte social y la calidad de vida.
Antonia María Ruiz Moreno es Fisioterapeuta, Experta en Pilates terapéutico para grupos y poblaciones con patologías musculoesqueléticas. Actualmente, sigue formándose cursando un Máster de Investigación en Ciencias de la Salud por la Universidad de Málaga y trabajando para esta organización como Investigadora. En la Fundación Juan Cruzado interviene individual y grupalmente con las personas usuarias, ajustándose a sus necesidades y características para potenciar sus capacidades físicas y promover un envejecimiento activo.