Contar con unos dientes y encías sanos nos sirve de escudo frente a muchas enfermedades (algunas veces aparentemente inconexas) y a complicaciones frente a procesos de enfermedad. La higiene bucodental es una barrera de prevención frente al malestar y la enfermedad, y de protección de la salud.
Por ello, en Fundación Juan Cruzado insistimos en la importancia que merece la higiene bucodental en el cuidado y bienestar de las Personas Mayores.
Hemos realizado formaciones y talleres de higiene bucodental dirigidos a personas cuidadoras y Personas Mayores, trabajando con materiales e instrumentos de higiene adaptados a sus necesidades.
Hay que tener presente que la gran mayoría de los microorganismos patógenos penetran en nuestro interior a través de la cavidad bucal.
Es fundamental tomar conciencia que la higiene bucodental comprende la limpieza no sólo de los dientes, sino también de las encías, la lengua y el resto de la cavidad oral.
La cavidad oral, al ser un lugar húmedo, caliente y frecuentado por nutrientes, hace que sea un lugar idóneo para el desarrollo bacteriano. Por ello, es muy importante el cepillado bucal tras cada comida; de lo contrario, la acumulación de residuos sobre los dientes y encías acaba produciendo las enfermedades periodontales como las caries o la periodontitis. Este tipo de enfermedades pueden desembocar en la pérdida de piezas dentales.
Centrándonos en las personas mayores, con más motivo hay que atender su higiene bucal, al disponer a veces de prótesis o al haber perdido alguna pieza dental.
Estas son algunas de las recomendaciones bucodentales trabajadas en la formación:
- Cepillar los dientes después de cada comida.
- Elegir el cepillo adecuado con unas cerdas que no sean muy duras para evitar que hagan heridas en las encías.
- Renovar el cepillo cada 3-4 meses.
- Utilizar seda dental o cepillos interproximales, para limpiar las zonas donde el cepillo no llega.
- Limpiarse también la lengua, ya que es una zona donde igualmente se acumulan bacterias.
- Reforzar la limpieza con enjuagues bucales, ya que hay bacterias que persisten al cepillado y al uso de seda dental
- Acudir a las revisiones, al menos una vez al año, con el especialista
Una boca sana está íntimamente relacionada con una buena nutrición, además de que es fundamental para evitar complicaciones en procesos de disfagia. Para conocer más sobre la disfagia, puedes acceder al siguiente artículo (link al artículo del blog de disfagia).
Miriam Castilla, autora del artículo, cuenta con la experiencia de más de un lustro en centros de mayores. Manifiesta que lo mejor de su trabajo es atender a Personas Mayores, que es su pasión y donde quiere trabajar dentro del sector salud: “desde la Fundación puedo trabajar para ellos ayudándoles en su día a día, procurando su bienestar y haciéndoles un seguimiento sanitario a través de las valoraciones mensuales.”
¡Gracias, Miriam, por tu trabajo!