Beneficios de la Estimulación Sensorial en las Personas Mayores

 

Los adultos mayores, con o sin deterioro cognitivo o demencia, pueden sufrir cambios en algunos de sus sistemas sensoriales, lo cual repercute en su forma de interaccionar con su entorno social y físico. Esto puede ser la causa de alteraciones en su estado emocional o en su conducta.

La estimulación sensorial es un tipo de terapia no farmacológica consistente en una serie de ejercicios y técnicas que proporcionan diferentes experiencias a los sentidos a través de los estímulos que se ofrecen (sonidos, luces, colores, experiencias táctiles y olores), con el fin de proporcionar una sensación de bienestar.

La evidencia indica que la entrada de información al sistema nervioso evoca sensaciones y percepciones que provocan respuestas emocionales. De este modo, permite a la persona que la recibe ser más consciente de su propio estado corporal y conectar con el ambiente que le rodea.

Algunos de los beneficios que reporta:

  • Ayudan a aliviar el estrés y mejorar la calidad de vida, lo cual reduce alteraciones conductuales como la agitación o ansiedad.
  • Aumentan el desempeño a nivel de psicomotricidad, atención y autocontrol.
  • Previenen o ralentizan la gravedad en enfermedades de deterioro cognitivo.

Existen salas especializadas para desempeñar estas terapias, llamadas salas multisensoriales o Snoezelen. Son espacios diseñados con el fin de estimular los sentidos, permitiendo ofrecer experiencias controladas y personalizadas, adaptando tanto la intensidad como la variedad de los estímulos a los gustos o características de la persona. Algunos elementos con los que están equipadas son lámparas de distintos colores y formas, espejos, fibras luminosas, tubos con burbujas, pantallas o proyectores, reproductores de música, asientos o colchonetas, columpios.

Aunque estas estancias son ideales para su desarrollo, las intervenciones también se pueden desempeñar con gran variabilidad de elementos del día a día y en entornos cotidianos. Por ello, son intervenciones de bajo coste muy accesibles a la población.

Algunos ejemplos de las actividades que engloba esta terapia son:

  • Olfato: técnicas de aromaterapia, identificación de especias al oler…
  • Tacto: identificación de texturas, reconocer objetos al palparlos, introducir las manos en fluidos de diferentes temperaturas…
  • Gusto: adivinar sabores de alimentos, clasificar por sabores o texturas…
  • Audición: dinámicas musicales, escuchar sonidos característicos, como la lluvia, el mar…
  • Vista: visualizar paisajes, juegos con diferentes piezas de colores o luces…

Además, es un tipo de intervención que se puede emplear desde los casos más leves hasta aquellos con un deterioro cognitivo más avanzado. Siguiendo este modelo, un recurso que se puede emplear en las demencias es la “historia sensorial”, la cual consiste en recopilar información sobre aquellos estímulos que más le han gustado a la persona, ya sea preguntándole a ella misma o a sus familiares. Por ejemplo, paisajes que le gusten, sonidos o canciones significativas, texturas de su agrado o que le resulten familiares, aromas y sabores favoritos… De esta manera, la estimulación que hagamos con esta herramienta, no sólo potenciará los sentidos, sino que estimularemos la memoria emocional asociada a ellos, con emociones mucho más positivas que si estimulamos con objetos que no tienen, a priori, una historia sensorial detrás.

 

María Ternero Campos

Terapeuta Ocupacional de Fundación Juan Cruzado

 

 

 

También podría interesarte:
Noticias similares