Las conductas agresivas son un tipo de alteración de la conducta común en las personas mayores con algún tipo de deterioro cognitivo. A menudo suponen una importante disminución de la calidad de vida tanto de la persona que las experimenta como de aquellas a su cuidado.
Sin embargo, el deterioro cognitivo por sí mismo no es el causante de estas alteraciones. Las causas de las conductas agresivas son varias:
- Causas médicas.
- Determinados medicamentos.
- Déficits sensoriales (problemas de visión, audición, alucinaciones, delirios…).
- Otras enfermedades (por ejemplo, infección de orina).
- Estados del cuerpo (hambre, sueño, dolor, estreñimiento, deshidratación…).
- Causas relacionadas con el entorno.
- Espacios muy grandes, muy pequeños y muy desordenados.
- Demasiado ruido, bullicio, temperatura muy alta o muy baja, mucha o muy poca luz, la presencia de determinadas personas…
- Demasiada o muy poca decoración, espejos, obstáculos, contrastes fuertes de colores…
- Entornos desconocidos que aumentan la desorientación.
- Causas relacionadas con la tarea que se les pide.
- Tareas complicadas. Aunque para nosotros resulten simples debido a que la hemos realizado muchas veces, debido a la enfermedad puede resultar muy complejo y agotador realizar acciones como vestirse o bañarse.
- Tareas desconocidas. Debido al deterioro, la capacidad de aprender cosas nuevas se va dificultando. Aunque le pidamos a la persona algo muy simple, si es nuevo tendrá más dificultades para entenderlo.
- Varias tareas a realizar. Más aún si le pedimos hacer dos o tres cosas a la vez, tendrán dificultades para organizarse, conocer el orden para hacer las cosas, las dejarán a medias…
- Causas relacionadas con la comunicación.
- Dificultad al comprender y expresarse.
¿Qué hacer ante una conducta agresiva?
- En primer lugar, evitar las situaciones anteriores.
- Mantener la calma.
- Recordar que la persona no es voluntariamente agresiva.
- Acercarse de frente, nunca por los lados ni desde atrás.
- Transmitir tranquilidad, no gritar.
- Hablar despacio con frases cortas y sencillas.
- Nunca responder de forma agresiva.
- Si podemos, avisar y pedir ayuda a otra persona.
- Utilizar la comunicación no verbal, decir mediante gestos que no somos una amenaza, enseñar las palmas de las manos.
- No tocar hasta que no estemos seguros de que la persona va a tolerarlo.
- Revisar si necesita algo (tiene calor, hambre, sueño…).
- Distraer con algo de su agrado.
- Orientar, decir quiénes somos.
- Explicar las veces que sea necesario.
- Evitar frases del tipo “te repito que…”, “ya te he dicho que…” o “¿no te acuerdas de…?”.
- Demostrar preocupación e interés por lo que está expresando.
- Retirar objetos que puedan ser peligrosos.
- Si hay presente una persona vulnerable a la que pueda dañar, la alejamos.
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