Importancia de la Actividad Física y el Ejercicio

La actividad física y el ejercicio regular son fundamentales para mejorar y mantener la calidad de vida en las personas mayores.

Estos hábitos, junto a una buena alimentación y un buen descanso, contribuyen significativamente al bienestar físico, mental y social, permitiendo un envejecimiento activo y saludable.

Beneficios de la actividad física en personas mayores

Mejora de la movilidad y funcionalidad

La práctica regular de ejercicio aumenta la fuerza muscular, la flexibilidad y la coordinación, facilitando la realización de actividades diarias y reduciendo el riesgo de caídas. Te sentirás más estable y con mayor libertad para hacer todo lo que te apetezca.

Salud cardiovascular

Actividades como caminar, nadar, andar en bicicleta o incluso bailar, fortalecen el corazón, mejoran la circulación sanguínea y reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Te sentirás con más vigor y tus piernas más descansadas.

Salud mental

El ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas, una de las “hormonas de la felicidad”, mejorando el estado de ánimo y reduciendo los síntomas de depresión y ansiedad. Además, promueve la socialización, especialmente si se practica en grupo, lo que contribuye a un bienestar emocional óptimo.

Prevención de enfermedades crónicas

La actividad física regular mejora el metabolismo celular, ayudando a controlar y prevenir afecciones como la hipertensión, la diabetes tipo 2 y la obesidad. Además, contribuye al metabolismo digestivo y al control del peso saludable.

Función cognitiva

El ejercicio aeróbico mejora las funciones cognitivas en adultos mayores, incrementando la plasticidad sináptica y manteniendo una buena conexión entre neuronas. También mejora la circulación sanguínea cerebral, lo que puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, ayudando a mantener la lucidez y conservar la memoria.

Concluyendo…

Incorporar ejercicio físico de manera regular en la rutina diaria no solo mejora la salud física, sino que también enriquece la vida social y emocional. Estos beneficios contribuyen a un envejecimiento activo y satisfactorio, permitiendo a las personas mayores conservar su capacidad funcional y disfrutar de una vida plena y saludable.

Lic. Prof. Pieroni Damián

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