La Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales acaba de publicar un informe que apuesta por la atención centrada en la persona y la calidad como premisas fundamentales a la hora de atender a las Personas Mayores, dos aspectos con los que Fundación Juan Cruzado-Vértice Salud no solo está completamente de acuerdo sino con los que trabaja día a día en su centro de Envejecimiento Activo y Neurorehabilitación.
Estos expertos afirman que el modelo de residencias actual “es excesivamente institucionalizador, masificado, con poco margen para el desarrollo del proyecto vital que cada persona decida. Un modelo sobreprotector que, en aras de la salud y del bienestar físico, se olvida, con frecuencia, de otros aspectos que hacen que las personas sean más o menos felices, y que da sentido a sus vidas”.
El reto no es que las Personas Mayores se adapten a lo que haya en cada residencia o centro de día sino al revés, es decir, que cada Persona Mayor reciba un trato personalizado en función de sus gustos, intereses, estado de salud, etcétera. Eso requiere un importante ejercicio de adaptación por parte de las empresas y los profesionales del sector que debe ser asumido para mejorar la atención a las Personas Mayores y su dignificación.
Una decena de recomendaciones
El informe, realizado por Gustavo García, José Manuel Ramírez, Ana María Aranda y Andrés Rueda, recoge diez ideas que consideran imprescindibles para dar un mejor servicio a las Personas Mayores dependientes en España.
1.Vivir en casa todo lo que se pueda. Solo el 4% de las Personas Mayores que viven en residencias están allí por elección propia. Quedarse en casa es una buena opción, pero para ello tienen que estar acondicionadas. Abogan por adaptar la normativa de Dependencia de forma que se sepa qué necesidades concretas tiene cada Persona Mayor en su inmueble y atenderlas.
2.Evitar el desarraigo. Hay miles de casos en los que una persona vive en su casa, en su barrio y con sus vecinos. Hasta que es trasladado a una residencia, situada normalmente en zonas periféricas, donde solo tiene contacto con el resto de usuarios y la plantilla. Los expertos creen que fomentar ese desarraigo es “cruel” y piden a las instituciones que en sus planeamientos urbanísticos dejen suelo para espacios residenciales en los barrios tradicionales. Y que esos centros puedan dar servicios a estas Personas Mayores o que sean los propios profesionales los que se desplacen a los hogares.
3.No parecer un hospital ni un hotel, sino una casa. Los centros residenciales parecían hospitales y ahora son como hoteles. Espacios bonitos y bien cuidados, pero impersonales. Piden que las habitaciones sean individuales, salvo que se comparta en pareja, y grandes. Que tengan suficiente espacio para que se parezca lo más posible a la vivienda en la que residía la Persona Mayor. Una minivivienda en un centro donde ofrecen otra serie de servicios y no solo una habitación, muchas veces compartida, con una cama para dormir. Ven necesario que no haya más de 15 residentes por unidad de convivencia.
4.Libertad de movimiento. Estos expertos defienden que las Personas Mayores, si están bien de salud física y mental, puedan entrar y salir cuando les apetezca así como recibir visitas independientemente del horario. Hacer una vida lo más parecida posible a si estuvieran en su casa.
5. Atención personalizada. Piden la existencia de un profesional de referencia que conozca a la perfección la situación de cada Persona Mayor, con un máximo de cinco residentes, o que se utilicen herramientas como la Historia de Vida, para que las Personas Mayores puedan recordar todas sus experiencias.
6. La dignidad de la Persona Mayor, ante todo. Independientemente de la circunstancia que tenga cada Persona Mayor, todos somos humanos y merecemos ser tratados con dignidad. Eso incluye eliminar las sujeciones y no infantilizarlos.
7. Ir de la mano con el Sistema Público de Salud. Los autores del informe exigen que todas las Personas Mayores reciban la misma atención sanitaria, independientemente de que vivan en su casa o en una residencia, y reclaman una atención hospitalaria domiciliaria en los centros residenciales.
8. Plantillas amplias, cualificadas y con buenos salarios. Exigen una ratio mínima del 0,5, es decir, que haya 50 empleados por cada 100 residentes, elevándola al 0,6 en cinco años. También reclaman una subida salarial inmediata de entre el 15 y el 20%. En España hay 300.000 profesionales y siempre puede haber alguien que trate mal a las Personas Mayores, por lo que piden la creación de un registro de personas condenadas por abuso a los Mayores para que no puedan trabajar más en estos centros.
9. Hay centros para Personas Mayores de una altísima calidad y otros pésimos. Para impulsar a los primeros y acabar con los últimos, proponen que la Administración establezca un sistema de evaluación riguroso que derive a su vez en una escala de precios para la concertación de plazas o para la cuantía de la prestación vinculada.
10. La esperanza de vida es cada vez mayor y hay que acabar con los clichés. Se puede ser una persona dependiente con 45 años y estar tremendamente sano con 70. La franja de los 65 años para ser considerado una Persona Mayor está en desuso. Hay que flexibilizar las exigencias y adaptarse a los nuevos tiempos.
Más implicación de las empresas a través de su RSC
Fundación Juan Cruzado-Vértice Salud trabaja con el método de atención centrada en la persona desde hace años y aboga por un cambio en el modelo residencial actual. También consideramos fundamental que las empresas se involucren más en la defensa de las Personas Mayores vulnerables a través de su Responsabilidad Social Corporativa, para lo cual hemos puesto en marcha el programa Pymes Sociales.
Información elaborada por Angel Recio