La inflamación del cerebro durante el proceso de envejecimiento puede estar detrás de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o algunas demencias. Investigadores subrayan que la inflamación cerebral es una respuesta natural del cuerpo ante posibles infecciones o daños. No obstante, cuando se está envejeciendo esa respuesta defensiva del organismo para proteger al sistema nervioso se “descontrola” y puede provocar la aparición de ese tipo de enfermedades.
Así lo destacan los investigadores Eva Cano y Andrés Fernández en un artículo que han publicado en la revista Journal of Neuroinflammation que puede consultar aquí. Estos expertos pertenecen a la Unidad de Neuroinflamación de la Unidad Funcional de Investigación de Enfermedades Crónicas (Ufiec) y están trabajando codo con codo con investigadores del Instituto de Salud Carlos III y del Instituto de Biomedicina de Valencia.
Según explican en el artículo, llevan un tiempo analizando los procesos de neurodegeneración asociados a la inflamación del cerebro en ratones y creen que podría aplicarse a los seres humanos. “El modelo animal de envejecimiento prematuro ha permitido observar cambios asociados al envejecimiento en células mieloides del cerebro, así como el aumento de moléculas inflamatorias en respuesta a una inflamación sistémica”, explican, subrayando que estos hallazgos “permitirán abrir nuevas vías de investigación y el estudio de posibles enfoques terapéuticos en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas”.
La inflamación del cerebro es una respuesta natural defensiva ante daños o infecciones, pero con el envejecimiento se «descontrola»
Los investigadores destacan que el envejecimiento en sí no es una enfermedad, pero lógicamente sí se produce un deterioro y, en este caso, hay “cambios importantes en el tejido cerebral que, en ocasiones, aumentan el riesgo de enfermedad”.
La inflamación del cerebro, el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas no son una regla de tres. Si así fuera todas las Personas Mayores sufrirían algún tipo de demencia y, afortunadamente, no es el caso. No obstante, la Unidad de Neuroinflamación de la Ufiec lleva tiempo investigando esta materia y ha podido comprobar que el envejecimiento provoca cambios en el tejido cerebral como un aumento de la activación glial o de otros mediadores inflamatorios ligados a la atrofia cerebral.
“Los estudios en modelos animales y muestras humanas están permitiendo aumentar el conocimiento en torno a estas alteraciones, y están demostrando que la actividad de los genes relacionados con el estrés celular y la inflamación aumenta con la edad, mientras que la acción de los genes relacionados con la función sináptica, los factores de crecimiento y el denominado soporte trófico aparecen regulados de manera negativa”, concluyen.
Información elaborada por Angel Recio