Antonio Piñeiro, un catedrático de Educación Física, viajó a México en el año 2003 para participar en un congreso internacional. Iba paseando por la calle cuando vio a dos grupos de mujeres jugando en un parque a un deporte que parecía voleibol pero que no lo era exactamente. Movido por la curiosidad, se acercó y le explicaron que este deporte se llama Cachibol, que era común en México y que estaba especialmente indicado para Personas Mayores.
Piñeiro se sintió atraído por este deporte que desconocía totalmente, aprendió las reglas, habló con entrenadores y jugadores y lo importó a su Galicia natal. Al regresar a Vigo se lo comentó a los miembros de la Agrupación Deportiva Xogara y empezaron a difundirlo. Crearon siete grupos deportivos en varias asociaciones de vecinos y Piñeiro publicó un libro específico sobre el Cachibol para que fuera más conocido.
Hicieron cursos para formar a monitores y extendieron esta práctica deportiva por toda Galicia, beneficiando así a centenares de Personas Mayores. La Fundación Juan Cruzado-Vértice Salud ha reconocido esta labor y le ha concedido a Antonio Piñeiro la Mención Honorífica del Premio Vida Sénior en la categoría de Envejecimiento Activo ya que tiene 74 años.
Jugar para disfrutar y tener mejor salud
Aunque el cachibol, en su origen, es una actividad competitiva y dividida por sexos, Piñeiro prefirió convertirlo en una actividad completamente lúdica en la que las Personas Mayores jugaran juntas, independientemente de su sexo o edad. Solo se organizan los grupos en función de unas destrezas similares con la pelota para que el juego tenga una duración mayor.
Además del juego, Piñeiro explica que esta práctica deportiva permite a las Personas Mayores socializar más entre ellas, divertirse y mejorar su sistema inmunológico. El objetivo de Piñeiro es llevar el cachibol al resto de España y está hablando con administraciones públicas y asociaciones para conseguirlo.
Información elaborada por Angel Recio